Un homenaje a las 100 cosechas Montesquius. Un cava nacido con motivo del 100 aniversario de la bodega (1918 – 2018) de edición limitada con tan sólo 1980 botellas. Más sobre Montesquius Fundada en 1918 en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona), localidad ubicada en la comarca del Alto Penedés, zona conocida mundialmente por sus vinos y cuna de la D.O. Cava, por su calidad y singularidad.

Fue la familia Santacana, una de las de más raigambre de la comarca, la que inició su andadura en el interesante mundo del vino. Sus productos alcanzaron notoria fama y allá por los años 60, al despertar el interés del público por el Cava, se consolidó como una de las firmas mejor valoradas del sector.

El 8 de octubre de 1992 se inaugura la ampliación más importante y completa de la bodega, consiguiendo una extraordinaria combinación entre tradición y arquitectura. Durante este período nace una nueva filosofía, un nuevo proyecto, que cree firmemente en una viticultura exigente, artesana y respetuosa, comprometida profundamente con su entorno y naturaleza; que se esfuerza día a día por conseguir vinos excelentes aplicando buenas prácticas enológicas y demostrando una gran maestría en sus ensamblajes. 100 cosechas unidas al tiempo y la paciencia, hace que expertos y consumidores consideren Montesquius como

“posiblemente, una de las mejores bodegas elaboradoras del mundo”

que convence y fideliza a un mercado cada vez más exigente. Su nombre Rosé Doré se le otorga su atractivo color rosa coralino dorado, tan sutil que pocos dirían a simple vista que es un cava rosado. Procede de dos magníficos viñedos, la viña Verge, en l’Arboç y la viña Nin, en Lavern, encerrando en cada botella lo mejor del alto y bajo Penedés.

Sinuoso, sensual y complejo. Un cava que transforma sus aromas en un juego de frutillos rojos, hierbas aromáticas de montebajo, flores, tostados y frutos secos, incluido en esta sinfonía toques exóticos como aromas a lichi y todo bajo una delicada sensación ahumada que lo distingue. En boca es puro placer, con algo de tensión debido a su buena acidez.

El vino es el único alimento líquido que compartimos para celebrar o para olvidar