La Garnacha de Pagos del Moncayo.
La Garnacha del Moncayo, se muestra con una pureza de varietal como en pocas zonas, un tinto que nos transportará aromas de hierbas de campo –tomillo, romero-, notas de hierba fresca, ligeros balsámicos y fruta negra madura.
Rico, cálido, amplio y con buena longitud en boca, un vino que invita a beber y a disfrutar. Pagos del Moncayo es la única bodega que decidió volver a las raíces, no sólo enológicas si no históricas, poniendo un pie en Vera del Moncayo a las puertas del Monasterio de Veruela; cuna del vino en el Campo de Borja y lugar que vio nacer los primeros vinos de Garnacha en el siglo XIII. La familia Aibar pondría la primera piedra de la bodega en 2006, volviendo a las técnicas centenarias de lagares abiertos y pisado tradicional que junto con un minucioso control del rendimiento del viñedo
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